Cómo saber qué tipo de piel tengo y qué cremas debo usar

Cada persona tiene un tipo de piel diferente, saber cuál es el tuyo, te permitirá elegir las cremas faciales para su cuidado, supliendo las necesidades nutricionales para obtener mejores resultados en tu cuidado.

¿Qué tipo de piel tienes?

A la hora de consultar el tipo de piel, lo mejor es directamente con un especialista que realice una correcta evaluación y brinde un diagnóstico preciso.

Sin embargo, hay indicios que te ayudarán a saber qué tipo de piel tienes y así comprar las cremas adecuadas para su correcto cuidado. Existen cinco tipos de pieles, la grasa, la normal, la sensible, la seca y la mixta.

El tipo de piel que tengas dependerá de la genética, aunque hay otros factores que pueden influir en esto, como la edad o la formación de enfermedades crónicas.

Las siguientes son los tipos de piel y sus principales características. Después de conocerlas, habrá que realizar una evaluación para determinar cuál es la tuya con total seguridad.

Piel normal

Para identificar este tipo de piel, debes fijarte si tienes pocos granos o pequeños, y si no se irrita o enrojece con facilidad. La piel normal tiene un mayor balance entre lo seco y grasoso, tampoco tiene manchas.

La piel normal es más suave y tiene una mayor resistencia, en ella puedes aplicar productos con diversos principios activos, lo que facilita la compra de artículos de belleza para la rutina diaria.

Sin embargo, requiere de protección ante los daños de los rayos UV, puedes usar todos los días un filtro solar y tienes que mantener controlado el estrés o la dieta para que no aparezcan granos.

Piel grasa

La piel grasa se caracteriza por generar una continua sensación de grasa, presentar imperfecciones, y tener poros grandes. Se trata de una piel complicada de cuidar, sin embargo, muestra los signos de envejecimiento de forma retardada.

Si tienes la piel grasa, las glándulas sebáceas trabajan sin parar, generando un exceso de grasa. Cuando esto se combina con la suciedad y las células muertas de la piel, se forman los granos.

Un error habitual que puedes cometer si tienes este tipo de piel es limpiarte de forma excesiva, aplicar demasiados productos en la rutina diaria es contraproducente.

Piel mixta

En caso de sentirse una sensación grasienta en la zona T del rostro, pero el resto de la piel es balanceada, quiere decir que tienes un tipo de piel mixta.

Por lo general, en este tipo de piel, la grasa se acumula en la zona T, conformada por la barbilla, la nariz y la frente, mientras que el resto de la cara se mantiene con una apariencia normal.

Como las glándulas sebáceas trabajan en exceso en la zona T, notarás las mejillas secas con frecuencia. Además, la combinación de descamación y grasa provocará brotes y puntos negros cada cierto tiempo.

Piel seca

Este tipo de piel es escamosa, áspera y tensa, dada su poca capacidad para retener la humedad, en comparación con la piel normal, y sus glándulas sebáceas producen menos grasa.

Esto provoca la aparición de líneas de expresión y la descamación. También genera un aspecto más apagado y envejecido en la piel.

Mientras que, la baja producción de sebo, no tiene los suficientes lípidos para crear una barrera protectora frente a los agentes externos, incrementando el deterioro de la función de la barrera.

Piel sensible

Se trata de una piel caracterizada por el enrojecimiento, la irritación y los bultos. Todos los tipos de pieles pueden reaccionar de forma negativa a determinados principios activos o factores ambientales.

Sin embargo, la piel sensible se ruboriza con facilidad y se enrojece luego de aplicar ciertos productos. Además, es una piel más delgada, con poros pequeños y es más seca.

¿Qué cremas usar para cada tipo de piel?

Hay varias cremas recomendadas para pieles específicas, por eso, es necesario que aprendas a identificar cuál es la tuya. En caso de tener dudas, visita a un especialista para que te indique el tipo de piel.

Esto es de vital importancia para evitar aplicar una crema que no funcione de forma adecuada y pueda provocar una reacción negativa.

Para la piel normal, lo recomendado es usar filtros solares para protegerla de los rayos UV, aplica cremas con muchos nutrientes y de textura untuosa, de esta manera mejoras la hidratación de la piel.

Mientras que, con la piel grasa, puedes usar cremas con ingredientes antibacterianos, estos equilibran la cantidad de grasa, evitando que aparezcan los brotes repentinos.

Recuerda no limpiarte con exceso el rostro, de lo contrario incrementarás el problema. En la piel mixta, se recomienda un limpiador suave y un humectante, consiguiendo que la piel parezca más limpia y saludable.

Con la piel seca, es importante usar cremas hidratantes, bálsamos faciales y aceites, estos ayudarán a incrementar el volumen de la piel. También se recomienda usar un exfoliante suave a la semana, para eliminar las células muertas y mantener la piel más joven.

La piel sensible requiere de productos dermatológicos que sean suaves y relajantes, tampoco deben contener perfume o alcohol, dado que irritan la piel.

Conociendo tu tipo de piel, puedes elegir con más acierto la crema indicada para su cuidado, reduciendo los problemas y ayudando a tenerla más sana.

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